¡Hola, Fritiviajeros! Qué ver en Moclinejo y El Valdés, dos joyas de la Axarquía.
Hoy os llevamos de escapada a uno de esos rincones mágicos, el municipio de Moclinejo y su pedanía El Valdés, en la bella comarca de La Axarquía malagueña. Este fue el segundo día de nuestro Fam Trip Axarquía, donde los protagonistas han sido Moclinejo y El Valdés, un municipio con un encanto especial que combina patrimonio, paisaje y la rica tradición de la uva moscatel.
Hemos podido conocer la Casa Museo Axarquía en El Valdés, vivir de cerca la elaboración de vinos en las Bodegas Dimobe, adentrarnos en los viñedos en primera persona y disfrutar de los sabores de la zona en un establecimiento emblemático del municipio, el Restaurante Casa Reyes. Os lo contamos todo 🙂
Índice de contenidos
Primera parada: Casa Museo Axarquía
El Valdés es la pedanía más emblemática de Moclinejo, famosa por su Casa Museo Axarquía y su tradición artesanal. Sus calles y rincones reflejan la historia y cultura de la comarca, mientras que los viñedos y paisajes que la rodean la convierten en un lugar idílico para pasear y conectar con la naturaleza. Es un destino perfecto para descubrir la identidad y raíces de la Axarquía en un entorno tranquilo y auténtico.

Nuestra primera visita del día fue la Casa Museo Axarquía, acompañados por José Carlos de Axartrips. Descubrimos una construcción singular, que a primera vista nos puede recordar a obras de Gaudí. Su creador, Antonio Montañés, vecino de la zona, quería rendir homenaje, a la artesanía y las raíces culturales de la comarca. Esta casa-museo nace con la intención de recuperar y conservar las tradiciones populares y la identidad artística de la Axarquía.

En su interior encontramos piezas de la vida cotidiana de antaño: herramientas agrícolas, utensilios domésticos, cerámicas tradicionales y objetos que evocan la vida rural de la comarca. La arquitectura, mezcla de lo artesanal y lo artístico, transmite el amor de Montañez por su tierra.

Recorrer sus estancias fue una experiencia íntima: cada rincón cuenta una historia de esfuerzo, ingenio y vida sencilla. Es una parada que invita a reflexionar sobre la identidad de los pueblos del interior y su enorme riqueza cultural.
El parque junto a la Casa Museo: homenaje a los picapedreros
Junto a la Casa Museo se encuentra un espacio verde muy especial: el Parque “Homenaje a los Picapedreros”.
En él se pueden ver murales, esculturas cerámicas y mosaicos del propio Antonio Montañez. El Monumento a los Picapedreros, rinde homenaje a los artesanos que trabajaban la piedra para construir viviendas y estructuras del municipio. Combina elementos tradicionales andaluces con influencias modernistas. Más que una obra artística, simboliza la historia y el esfuerzo de generaciones que moldearon el paisaje y la arquitectura de Moclinejo, siendo un orgullo y un emblema de identidad para la comunidad.
El parque combina arte, memoria y naturaleza, y se ha convertido en un punto ideal para hacer una pausa y disfrutar del entorno. Los bancos decorados, los colores de los azulejos, las decoraciones para los más pequeños, es un lugar muy original.
También encontramos una referencia al famoso “Tren de la Cochinita”, un antiguo ferrocarril de vapor que conectaba Málaga con Vélez-Málaga y Ventas de Zafarraya (Granada) y que funcionó hasta 1968. Apodado “La Cochinita” por la lentitud de sus viajes, esta línea formó parte esencial del desarrollo económico y social de la comarca. Aunque el tren original ya no existe, esta obra del parque rinde homenaje a su historia.

Paseo por el casco urbano de Moclinejo
Tras dejarnos envolver por la historia en El Valdés, regresamos al núcleo urbano de Moclinejo para un paseo sin prisas. El pueblo se asienta sobre una loma rodeada de viñedos, ofreciendo un paisaje que combina el verde del campo con el azul del Mediterráneo.

Durante el recorrido descubrimos la Plaza España, el corazón del pueblo, las calles empedradas que suben y bajan entre casas blancas y los miradores que regalan vistas espectaculares de la campiña malagueña.

Encontramos otras curiosidades en Moclinejo, varias obras de madera, una de ellas es la dedicada a Pablo Benthem (1966-2019), vecino del pueblo, aventurero y piloto de autogiros que participó en la expedición GiroÁfrica 2014, atravesando el continente de norte a sur. Su escultura, en la calle San Pedro, incluye una emotiva dedicatoria: “Que allí donde estés los cielos sean claros, la brisa suave y el viento te arrope en cada vuelo.”
También destacan otras tallas, como el Vendimiador, junto al Centro de Estudios de la Pasa de la Axarquía, homenaje al trabajo en los viñedos, la Mujer Rural, en la calle Constitución, símbolo del esfuerzo, y la dedicada a la Banda de Música de Moclinejo, en la calle Juan Cano, que celebra más de 30 años de historia musical.
Y por último, un detalle que nos sorprendió gratamente fue el espacio de libros libres que encontramos al lado de la Iglesia. Es un pequeño rincón donde cualquier persona puede dejar o llevar un libro, fomentando la lectura y el intercambio cultural. Sin duda, iniciativas como esta deberían estar presentes en todos los pueblos y ciudades, añadiendo un toque de conexión entre vecinos y visitantes.

Visita y cata en Bodegas Dimobe
Continuamos la ruta de qué ver en Moclinejo, con una visita imprescindible: las Bodegas Dimobe, también conocidas como Antonio Muñoz Cabrera. Esta bodega familiar fue fundada en 1927 por Juan Muñoz Navarrete, hoy en día está al frente la cuarta generación de la familia Muñoz Cabrera. Nos contaron que en 2027 celebrarán su centenario, para el que están reservando un vino muy especial.
Ubicada en pleno centro del pueblo, junto a la Plaza de España, Dimobe representa la esencia del vino moscatel de la Axarquía. Su trabajo se centra en la variedad Moscatel de Alejandría, cultivada en las empinadas laderas de la zona, donde la viticultura es muy complicada, por la dificultad del terreno y las pendientes tan pronunciadas.

En la visita guiada conocimos la historia de esta bodega familiar, vimos prensas centenarias, botas de roble y aprendimos sobre la elaboración artesanal del vino moscatel.
Durante la cata pudimos comprobar cómo el clima mediterráneo, el suelo de pizarra descompuesta, el escaso rendimiento por cepa y la orientación de los viñedos influyen directamente en la calidad y personalidad de sus vinos. Entre sus etiquetas más conocidas destacan Zumbral, Arcos de Moclinejo y otros vinos dulces y secos que han sido reconocidos en certámenes nacionales e internacionales, llegando a obtener galardones como la Gran Mezquita de Oro en el Concurso Nacional de Vinos de Córdoba.

Además de la visita guiada, ofrecen experiencias de enoturismo en las que se puede conocer de primera mano el proceso de elaboración del vino moscatel, visitar los lagares tradicionales y degustar sus diferentes variedades. Una parada imprescindible para los amantes del vino y para quienes quieran entender la cultura de la Axarquía desde su raíz más auténtica.
Dónde comer en Moclinejo: Restaurante Casa Reyes
Para reponer fuerzas, nos dirigimos al emblemático Restaurante Casa Reyes, donde disfrutamos de una comida casera, con productos locales y platos tradicionales.
>Fue el momento perfecto para saborear la gastronomía de la Axarquía: recetas de siempre, vinos de la tierra y una atención familiar que nos hizo sentir como en casa. De verdad, muchísimas gracias por todo. Qué decir de todo lo que probamos, que estaba espectacular la verdad, hasta los postres nos dejaron con la boca abierta. Las tartas caseras, el arroz con leche, el coulant de lotus con helado… todo riquísimo.

Qué más ver en Moclinejo
Aunque ya hemos recorrido los lugares más emblemáticos, Moclinejo guarda muchos otros rincones y curiosidades que merecen una visita pausada.
Ruta del Ratoncito Pérez y las losetas de la ratita
Una de las sorpresas más encantadoras es la Ruta del Ratoncito Pérez. En la calle Sierra de Moclinejo se encuentra la mini-casita del ratón, obra de la ceramista local Chari Ruiz.
Dentro hay muebles diminutos, cepillos de dientes e incluso una botella de moscatel, un guiño simpático a la identidad local. A lo largo del paseo también pueden verse losetas con una pequeña ratita, que invitan a los visitantes —especialmente a los más pequeños— a seguir el recorrido entre calles y plazas.

Iglesia de Nuestra Señora de Gracia
Situada en pleno centro, la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia data del siglo XVI y combina elementos mudéjares y renacentistas. Su torre cuadrada, con tejas árabes, se alza sobre el caserío blanco.
En su interior se guarda la imagen de la patrona, la Virgen de Gracia, y un retablo de estilo sobrio. Durante las fiestas patronales de septiembre, el pueblo se llena de vida con procesiones, música y vino moscatel.

Los Arcos de Moclinejo y la Ruta de la Pasa
A la entrada del pueblo, nos reciben los Arcos de Moclinejo, uno de los símbolos más representativos del municipio. Esta estructura marca la puerta de entrada al casco urbano y, al mismo tiempo, el inicio de la famosa Ruta de la Pasa, un itinerario turístico que recorre varios pueblos de la Axarquía vinculados al cultivo y la elaboración de la uva moscatel.
El arco es una obra moderna, aunque se diseñó para evocar la arquitectura tradicional andalusí, con sus formas curvas y su aire de bienvenida. No solo cumple una función estética, sino también simbólica: representa el punto de conexión entre el visitante y la historia viva del pueblo.
Moclinejo es conocido como la “puerta de la Ruta de la Pasa”, título que no es casual. Su ubicación, su tradición agrícola y su papel en la producción del vino y la pasa moscatel lo convierten en un lugar clave dentro de esta ruta que une cultura, paisaje y sabor.

Rutas de senderismo y miradores
Moclinejo es ideal para los amantes del senderismo. Desde el municipio parten rutas señalizadas, como el Sendero de los Viñedos, que conecta con El Valdés entre caminos rurales y vistas al Mediterráneo. Entre los miradores más bonitos destaca el Mirador del Molino, desde donde se contemplan los tejados blancos y el valle que se abre hasta el mar.

El casco urbano y sus rincones artísticos – Qué ver en Moclinejo
Pasear por Moclinejo es un auténtico placer. Cada esquina está adornada con cerámicas, murales, bancos decorativos y placas con frases populares.

El ayuntamiento ha impulsado la iniciativa de embellecer fachadas con obras de artistas locales, convirtiendo al pueblo en un pequeño museo al aire libre. No olvides subir a los puntos más altos del casco urbano. Las vistas de la Axarquía desde allí son de esas que se quedan grabadas para siempre.

Para seguir descubriendo la Axarquía
Nuestra visita a Moclinejo y El Valdés ha sido una de esas experiencias que dejan huella: historia, paisajes, tradición y una hospitalidad que se siente en cada rincón. Pero la Axarquía malagueña es mucho más que un destino —es una suma de pueblos blancos, montañas, viñedos y costa, donde cada municipio tiene algo único que contar, 31 en total.
Para seguir explorando, os dejamos otros artículo del blog:
Un territorio donde el mar y la montaña se dan la mano, y donde cada escapada es una oportunidad para disfrutar de la buena mesa, la música, la gente y la esencia del sur.
Porque si algo hemos aprendido en este viaje es que la Axarquía brilla los 365 días del año, y cada visita se vive como la primera vez. Un saludo fritiviajeros ♥
